El fastidio de comer
Esta entrada es una queja
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¿Qué es lo mejor que te ha pasado?
El chat ya no es lo que era. Montones de mensajes no leídos se acumulan en las distintas bandejas de entrada, algunos de meses atrás. Otras tantas conversaciones que sí fueron leídas quedaron sin respuesta. La razón: administrar esas micro interacciones virtuales me es cada vez más costoso. No tengo tiempo ni energía mental para darles continuidad. Puede parecer una nimiedad absoluta, pero eso trae aparejada una pequeña angustia de entonces no saber cómo alimentar las relaciones con personas que se encuentran físicamente distantes....
Cuando a inicios de año anuncié que me iba a Colombia por segunda vez varios de mis conocidos me preguntaron por qué. ¿Por qué, si acabas de ir? ¿Un mes? ¿Por qué tanto tiempo? Y, sin que lo supieran, la pregunta más importante: ¿por qué solo? Descartemos de inmediato la respuesta trivial: porque me gustó mucho Colombia. Al plantear la que he calificado como la pregunta más importante, mis conocidos fallan en notar que ahí precisamente radica la diferencia entre uno y otro viaje....
febrero 16, 2023 Llueve sobre Bogotá. Así suelen ser las tardes en esta ciudad. Las nubes se cierran sobre la capital; el sol no puede alcanzar la tierra sino con dedos endebles. El panorama invita a refugiarse bajo un paraguas y así voy caminando cuando un señor que va en sentido contrario me aborda. Me pregunta por el terminal de transporte. Yo, que no soy de aquí, pude haber contestado que eso, que no soy de aquí y no puedo ayudarle, pero a fuerza de caminar esta ciudad he aprendido dónde quedan algunos sitios....
La que titula este texto es una pregunta que me han hecho no pocas veces, a la cual tengo por costumbre responder con evasivas, en parte debido a que no cuento con una respuesta prefabricada. Es difícil encontrar una forma breve de decir que no, no soy fotógrafo de verdad; es decir, no soy fotógrafo profesional, pero sí, me gusta la fotografía y le he invertido tiempo a esa actividad con la intención explícita de mejorar....
Imaginemos una situación: está uno de viaje, probando cosas nuevas, conociendo personas, sacando montones de fotografías. Algo natural es el deseo de compartir un poco de todo eso con nuestros conocidos, ya sea en forma de anécdotas, videollamadas, o, frecuentemente, historias de Instagram. Una reacción muy común de la otra persona es la envidia. Pero no una envidia cualquiera, no. Envidia de la buena. En realidad, la situación es lo de menos....
Es el primer día de octubre y ya empieza a sentirse el característico aire frío de la época. El sol se aferra a un dominio que languidece conforme los días se acortan y poco puede hacer frente a los vientos helados que recorren el valle de México. Es una sensación que me encanta. Sale uno a dar la vuelta y de inmediato recibe la mordedura solar, como si Tonatiuh se empeñara en llamar la atención con su lengua de obsidiana....
Aceptar a otros es difícil. Aceptarse uno mismo es peor. Es complicado porque uno es juez, parte y acusado al mismo tiempo. Una de las verdades que más me ha costado aceptar es que a veces simplemente no tengo ganas de nada. Me considero una persona creativa y curiosa: constantemente busco aprender algo diferente o emprender nuevos proyectos y tengo rachas de tanta energía que puedo pasar horas concentrado en resolver algún problema, como cuando migré este blog de Wordpress a Hugo, o escribiendo, o aprendiendo cómo editar audio para un pódcast....
Digámoslo simple: relacionarse con otros es desgastante. Así ha sido mi experiencia. La interacción con otros seres humanos me exige mucha energía, independientemente de si dicha interacción es agradable o no. Termino físicamente agotado tras un contacto prolongado con la otredad. Eso me lleva a constantemente buscar momentos de reposo; es decir, alejarme de los demás. No quiero decir que en general me cause repulsión la vinculación con lo ajeno; sí rehúyo ciertas situaciones que juzgo muy demandantes....
Cuando se habla de «depresión» es común pensar en «tristeza». «Estar deprimido» es para muchos equivalente de «estar muy triste». En mi caso no es así. Para mí, la depresión es un estado de completa apatía. La tristeza es un sentimiento, algo que cala y que físicamente se siente. La depresión es no sentir. No tener ganas de hacer nada. No disfrutar lo que antes se disfrutaba. Es, además, un estado de permanente confusión, pues no se comprende que la vida de pronto aparezca tan anodina y desprovista de toda cualidad....
Al pueblo natal de mi madre no iba desde hacía una docena de años. Hace un mes, en un pequeño viaje de fin de semana, mi familia y yo volvimos a visitar el pueblo. Me sorprendió gratamente el reencuentro con lugares y familia que no sabía que recordaba. La visita fue ajustada y fructífera. En apenas dos días alcanzamos a visitar varias localidades cercanas. La región, comprendida en el límite entre el Estado de México y Michoacán, es de una belleza fascinante....
Una condición inherente a la humanidad, que pocos reconocen, es la obsesión por la muerte. Señales de este fenómeno se observan por todas partes: estatuas son erigidas para honrar a un grupo selecto de muertos; calles, aeropuertos y fechas en el calendario llevan por nombre referencias a personas fallecidas; los gobiernos se empeñan en dedicar los actos públicos a los mártires que nos dieron patria hace doscientos años mientras reprimen a quienes hoy exigen una mejor; las universidades, no contentas con basar su corpus en teorías y resultados de individuos muertos hace siglos, encima imparten cátedra en lenguas muertas....
Esta mañana desperté antes que mi alarma. El motivo: tuve un sueño de esos que te hace comprender que estás soñando; una vez lo comprendes, es imposible no despertar. Me levanté, pues, y dispuse relatar dicho sueño (una fruslería, por lo demás) en mi diario; encendí la computadora (ya no acostumbro los diarios a mano), abrí el archivo (todas las entradas viven en un único markdown gigantesco) y comencé a teclear....
Olores. Es fácil reconocer la presencia ajena por los olores. La estela alquitranada de un cigarro al amanecer. El nuevo suavizante de telas. La indescriptible sensación a limpieza ajena cuando llegamos a un hogar que no es el nuestro. El acre olor de los baños públicos. El retorno a casa huele a cañería. La comida, a cebolla; la higiene, a dentífrico. La fiesta huele a sudor, alcohol y vómito. El olor a grasa callejera sobre el ofensivo dulzor de un perfume denuncia la apresurada ingesta de unos tacos de pastor a la salida de la oficina....
Life is just one small piece of light between two eternal darknesses Vladimir Nabokov Uno de los absurdos de la literatura es su afán de decir lo indecible. ¿Qué es lo indecible? Multitud de cosas podrían entrar dentro de esa categoría; pienso en ideas como el significado de la vida, el amor, la experiencia de la muerte, la belleza. Son inefables: que no es posible expresar con palabras. Afortunadamente es así....
A veces no puedo dormir. Sucede sin ningún aviso. Sigo el ritual: me pongo la pijama, apago la luz, me meto entre las cobijas. Espero boca arriba la llegada del sueño. Comienzo a sentir una especie de desesperanza. El amanecer me parece lejano y fútil. Pensamientos macabros llegan a mi mente: me sé mortal; el linde de mi vida, de ordinario únicamente una certeza teórica, se presenta ahora como una inevitabilidad palpable; el mundo se disuelve en sombras grises e informes....
Nuestras ideas pueden pensarse como los organismos resultado de la interacción de un montón de elementos en un caldo primigenio mental. Conforme crecemos hay un proceso continuo de surgimiento, maduración, enfrentamiento y muerte de ideas; algunas son destruidas al cabo de unos pocos segundos de existencia y otras desarrollan puntiagudos colmillos y se comen a las más pequeñas. Lo que pensábamos hace tiempo no es necesariamente lo que pensamos hoy en día, ni lo que pensaremos en el futuro....
Oficialmente hoy es el re-lanzamiento de este blog. La entrada anterior, Tierra de nadie, marca ese comienzo; es, además, la primera entrada de 2022. ¿La razón del re-lanzamiento? Un cambio drástico de plataforma: pasé de tener el blog en una página de wordpress.com (lo cual era básicamente una caja negra) a construirlo con Hugo y alojarlo en Github pages. En pocas palabras: ahora tengo un control absoluto de mi contenido y de cada aspecto de mi sitio....
Escribir es una necesidad tan acuciante como comer o fornicar. En una palabra: fisiológica. La diferencia con las dos últimas es que resulta mucho más complicado satisfacer la primera: el hambre desaparece con cualquier guiso, fritura, alimento chatarra; el deseo carnal no exige más que otro ser dispuesto a satisfacer su propio deseo con uno, en su defecto un poco de onanismo alivia la libido; el deseo de escribir, en cambio, no puede satisfacerse de cualquier manera; si no se hace bien, si el producto resultante no cumple con nuestras expectativas, si lo que leemos nos repugna —pues algo de buen gusto tenemos, no por nada somos lectores—, será contraproducente: el deseo persistirá, acompañado esta vez de un regusto a mal tabaco: el mismo acto de escribir, en su momento, nos procuró placer; ahora, en las postrimerías del ejercicio, nos sentimos agotados, pastosos, avergonzados de la sarta interminable de sandeces que hemos osado plasmar en mala hora, convencidos de que más valía quedarse con las ganas y no intentar nada....