El fin de semana pasado (del sábado 17 al lunes 19 de noviembre) tuve oportunidad de asistir al Festival Internacional del Globo (FIG) que se celebra en la ciudad de León, Guanajuato. Tanto el festival como la ciudad me sorprendieron gratamente y me entregaron más de lo que había imaginado.

Me sentí como niño en víspera de navidad mientras estaba empacando el viernes en la noche. Metí a la maleta mi mejor chamarra, pues sospechaba que haría mucho frío durante el FIG. Partí con mis amigos el sábado en la tarde y llegamos a León en la noche. Esa noche ya no fuimos al festival y la dedicamos a recorrer unas cuantas calles de la ciudad. Visitamos el Templo Expiatorio y yo quedé admirado ante la arquitectura neogótica del edificio.

Después caminamos hacia el Arco Triunfal que está en la Calzada de los Héroes; posteriormente nos dirigimos al «Puente del amor», que franquea la avenida Malecón del Río de los Gómez. Del Arco no pude tomar muchas fotos, ya que una patrulla estaba estacionada justo debajo y las luces de la torreta arruinaban cualquier encuadre, por lo que únicamente capturé la parte de arriba, donde hay un león:

El Puente del amor se llama así porque, de la misma manera que en algunas ciudades europeas, las parejas van ahí a colocar un candado sobre el barandal, como símbolo de su amor. El candado actúa como un «sello» para la pareja.

Al siguiente día nos levantamos poco antes de las cinco de la mañana y llegamos al Parque Metropolitano de León alrededor de las seis. Como llegamos del lado de la presa, tuvimos que caminar rodeándola hasta el otro extremo, lugar donde se lleva a cabo el inflado y posterior despegue de los globos aerostáticos. Hacía frío, pero pronto se me quitó con la caminata. Después de unos 45 minutos caminando, llegamos a la zona de los globos justo a tiempo para ver el amanecer.

Una vez ahí todo fue deleitarnos con la vistosidad de los globos aerostáticos.

Nos retiramos luego de algunas horas, cuando ya no había más globos que fueran a despegar. Después de comer y dormir un rato regresamos al parque a un concierto de los ángeles azules1 y si bien no me divertí, tampoco la pasé mal. Todo sea por los amigos.

Además de eso ya no hay mucho que contar. Regresamos alrededor de las 12 de la noche a dormir y partimos al día siguiente con rumbo a la Ciudad de México, no sin antes pasar al mercado de piel para comprar algunos artículos. El resto del viaje transcurrió sin incidentes, excepto que antes de llegar a una caseta había muchísimo tráfico y los tripulantes varones tuvimos que bajar del auto para orinar a un lado de la carretera, frente a todo mundo. Sin embargo, la pasé muy bien en este viaje; mis amigos y yo hicimos votos para volver a León el próximo año, para la siguiente edición del FIG.


  1. Jamás creí que iría a un concierto de los ángeles azules. El universo es muy confuso realmente. ↩︎